La Palma cuenta con un Patrimonio Cultural de extraordinario interés, una gran variedad y en un aceptable buen estado de conservación. Desde la Sociedad Económica de Amigos del país de La Palma consideramos que su protección y puesta en valor puede contribuir, de forma decisiva, a conseguir un desarrollo turístico sostenible y diferenciado del imperante en el resto del Archipiélago canario, centrado en el sol y la playa. En este sentido, abogamos porque pueda contribuir, junto a la Astronomía, el Medio Ambiente y el senderismo, a resaltar la idiosincrasia y el respeto que nuestros antepasados, tanto prehispánicos como históricos, han mostrado para la salvaguarda de un Patrimonio Cultural único. Es preciso llevar a cabo un enorme esfuerzo, tanto desde las instituciones públicas, como desde la ciudadanía, para respetar, proteger y conservar unos elementos patrimoniales que nos definen como pueblo.
La arqueología palmera cuenta con una serie de yacimientos que, además de una belleza increíble, sobresalen dentro de las culturas aborígenes canarias por su exclusividad. En este sentido, sin duda, debemos resaltar las más de 500 estaciones de grabados rupestres de motivos geométricos (espirales, meandriformes, círculos y semicírculos concéntricos, etc.) ejecutados con la técnica del picado que aparecen distribuidas por toda la orografía insular. A ello hemos de añadir la existencia de numerosos yacimientos de habitación con enormes estratigrafías que, en los casos de El Tendal (San Andrés y Sauces) y el Roque de Los Guerra (Villa de Mazo), por ejemplo, superan los 7 metros de espesor. A ello hemos de añadir unas industrias, entre las que sobresalen la cerámica y la ósea, de una belleza y variedad inigualables.
En cuanto al patrimonio arquitectónico, tanto eclesiástico como civil, contamos, igualmente, con conjuntos de un valor extraordinario entre los que sobresalen los Conjuntos Históricos de Santa Cruz de La Palma y San Andrés o las iglesias de El Salvador, Santo Domingo, San Francisco y Las Nieves (Santa Cruz de La Palma), Los Remedios y Las Angustias (Los Llanos de Aridane), San Andrés (San Andrés y Sauces), etc., etc. que, en muchos casos cuentan con auténticas “joyas” del arte flamenco (pinturas esculturas), así como retablos barrocos de una belleza y valor inusitados. Pero, además, la mayor parte del territorio insular cuenta con una arquitectura rural y tradicional, perfectamente adaptada al territorio y a las condiciones climáticas imperantes en cada zona, que ha sabido mantener, con el transcurrir del tiempo, la mayor parte de sus valores patrimoniales.
Finalmente, queremos recalcar la importancia de preservar nuestro Patrimonio Etnográfico, que cuenta con una serie de elementos de extraordinaria importancia y exclusividad entre los que, por ejemplo, sobresalen las edificaciones con cubiertas de tablas de tea (¨tablados”) que en su inmensa mayoría se concentran en Garafía y unos pocos ejemplos en Gallegos (Barlovento) y Tijarafe. A ellos hemos de añadir los hornos de secar higos, exclusivos de Fuencaliente y Villa de Mazo. Este catálogo se puede completar con una treintena de hornos de brea, dispersos por toda la Isla, aunque con una especial concentración en Garafía, al igual que sucede con los molinos de viento del Sistema Ortega. Existen muchos otros elementos, quizás no tan espectaculares como los anteriores, pero de igual importancia, entre os que podemos reseñar los hornos de cal, los aljibes, las eras, los abrigos pastoriles, los hornos de teja, etc.
Felipe Jorge Pais Pais (Doctor en Arqueología)